jueves, 21 de abril de 2011

No pudo ser

Llevábamos varios meses oyendo que este Martes Santo vendría a Sevilla el programa radiofónico neutral "El Larguero". Pero por desgracia, en el panorama actual de nuestra ciudad, ahora mismo no se habla de otra cosa. Y ésta no es otra que no han podido venir debido a las constantes amenazas recibidas por unos yonkis & gitanos que sólo con la mirada ya lo decían todo. Cientos de personas desplazadas, trabajadoras todas, dinero desperdiciado (probablemente la cadena tenga que cerrar de aquí a poco debido al desembolso inservible) y ellos que siguen impunes.
El desencadenante de todo esto, fué aquella función en el fuerte de Isla Mágica, en el que Peperra respondió a unas confesiones-invenciones de Bustillo en las que le pedía que no fueran a Sevilla porque no había buena gente.
Uno de los desalmados allí presentes, que se estaba tomando un pero, se lo terminó a caraperro y lanzóle el hueso, estampándoselo en la mesa y posterior salpicación al cuello de rebote. Al grito de "publicidad, publicidad" (podéis bajarse dicho audio en la hemeroteca de cadenaser.es) cortaron y prometieron no volver. Lo cumplieron.

lunes, 4 de abril de 2011

¿Qué será lo próximo?

Lo que llevamos ya presenciando un sin fin de fines de semanas tiene que salir ya a la luz, aún a riesgo de poner en peligro nuestra integridad.
Ese grupo de innombrables que todos conocéis ya van buscando cafeterías por toda la geografía andaluza en la que poder sentarse en la puerta a disfrutar de un descafeinado de sobre. Cuando llega el momento de las copas, abren la cremallera de una mochila en la que han tenido encerrado durante varias horas a un lechón y comienzan a masturbarle impunemente, no sin antes haber tomado las medidas de higiene propias (guantes de latex).
Cuando prevén que dicho gorrino está a punto de echar el zomaqui, se acercan a una fémina cualesquiera de las que haya por allí sentadas y le muestran el chancho al unisono que pronuncian las palabras (pueden variar) "illa mira un lechón" y le terminan el onanismo en el rostro de la chica, abdicando, y sin dejarle tiempo para la reacción.
El tumulto-jolgorio que se forma es desconcertante, situación que aprovechan para huir cobardemente mientras se echan unas risas.